El papa Francisco, el pontífice humilde que luchó por reformar la Iglesia, ha fallecido a los 88 años este lunes a las 7.35 horas en su residencia de la Casa Santa Marta, en Roma, según anunció el cardenal Kevin Joseph Farrel. Su última aparición fue este mismo domingo en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Resurrección.
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En las últimas horas se destaca su talante dialogante y su defensa de la paz o de los desfavorecidos y, además, cómo supo hacerle frente a los retos que se le presentaron y su esfuerzo por volver a convertir la Iglesia en un lugar de servicio y refugio. El Gobierno de España ha decretado tres días de luto oficial por la muerte de pontífice.
Además, dispuso que sea sepultado en una capilla de la basílica romana de Santa María La Mayor, que custodia el icono ‘Salus Populi Romani’, del que es muy devoto, en vez de reposar en la cripta vaticana.
Siendo así, la Iglesia queda en “sede vacante” y será el cardenal ‘camarlengo’, actualmente el estadounidense Kevin Joseph Farrell, quien la administre hasta hallar un sucesor, tal y como dicta la Constitución Apostólica ‘Universi Dominici gregis’ (1996).
¿Sin sustitutos en medio de su enfermedad?
Durante su convalecencia, los papas no tienen sustitutos. No es una presidencia, es un monarca absoluto. Su potestad, por canon, es “suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia” y debe “siempre ejercerla libremente”.
Pero la legislación canónica no establece qué ocurriría en caso de que un pontífice entrara en un coma o de una enfermedad degenerativa que le impidiera seguir reinando.
En cuanto a la gestión diaria de la Iglesia católica, contó con la Curia Romana, que “por autoridad del mismo” está especializada en ministerios (dicasterios) o tribunales.
Bergoglio, durante su hospitalización, delegó a otros colaboradores determinados actos, como las audiencias del Jubileo, que ha encargado al arzobispo Rino Fisichella.
Además, carece de una mano derecha. Benedicto XVI tenía a monseñor Georg Gänswein o Wojtyla a Stanislaw Dziwisz.